En abril fue el Día Internacional del Libro (ya sé que estoy llegando demasiado tarde, pero para escribir nunca lo es). Y a propósito de ello, recordaba con un amigo, la vez que le preguntaron a EPN los tres libros que marcaron su vida, la historia ya se la saben; las risas no pararon.
Esto me llevó a hacer y a replantearme una lista de los tres libros que marcaron mi juventud. Para después de los 30, tengo otra lista.
1. Mujercitas, de Loiusa M. Alcott.
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Este libro lo leí a los 11 años (hace 22) y fue mi primer acercamiento real a la lectura. Lo obtuve como un obsequio de mi madrina, quien escribió la frase que definitivamente me marcó: “Con mucho cariño hija, leer te enriquece que sea en ti un hábito". Lo leí más de tres veces seguidas, quizá se debió a que era el único libro que poseía en mi recién inaugurada biblioteca personal.
En 2019 vi la película de Greta Gerwig (¡qué genia!) y me hizo recordar cuánto amaba este libro y lo mucho que marcó mi vida. Por su puesto, mi personaje favorito era Jo, la hermana rebelde que rompía con todo lo establecido y quería ser escritora.
Aún conservo el libro con mucho cariño, está un poco deshojado pero en perfectas condiciones. Durante casi dos años lo di por perdido en una mudanza y no soy capaz de describir la alegría que tuve al recuperarlo.
2. El guardián entre el centeno, de J.D. Salinger.
Tras leer algunos cuantos libros considerados clásicos y obligatorios para un(a) adolescente; este libro llegó a mí a los 19 años como préstamo de una persona que también marcó mi vida, un amor de verano que se prolongó varios inviernos. El personaje, Holden Caulfield, considerado algo así como un hermano paria del Henry Chinaski de Bukowski, me hizo cuestionarme muchas cosas sobre la sociedad, la vida y la actitud pusilánime de las personas en general.
Debo confesar que sentí una especial atracción hacia aquel personaje de 17 años; y como él, también quise escapar a la media noche para explorar el mundo.
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3. En el camino, de Jack Kerouac.
Aquí tal vez esté haciendo trampa, ya que realmente lo que me marcó fue un combo de 3 libros que llegaron a mis manos gracias a la persona quizá, más influyente en mis veintitantos. Fadanelli con Malacara, Camus con El extranjero y Kerouac, marcaron un salto en lo que era y en lo que me convertí. Fueron un parte aguas en mi manera de ver la vida (menos rosa y más roja). Muchas de las frases contenidas en los mismos, se convirtieron en mi filosofía de vida.
Tengo tatuada la frase "Mad to live...", quienes lo han leído, saben que el resto de esta frase es potente y explosiva. Así me sentía yo.
Curiosamente, no tengo un ejemplar de este libro, siempre termino regalándolo...
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