Sin duda alguna, la cita más romántica la he tenido en un cementerio…
Aún no se borra de mi mente aquel 2 de noviembre, un excelente día para visitar uno y ahí íbamos un par de locos enamorados…
El trayecto pedaleando por la ciudad de las luces fue de lo más reconfortante; el solo hecho de saber que estaba a mi lado, me hizo querer estar aún más con él. Los días desde su llegada se sucedieron sin siquiera percibirlos; advertimos la fecha de la tradicional celebración en el momento mismo en que nos encontrarnos con la tumba de un famoso músico cuyo anagrama nombra a un tal “Mr. Mojo Risin” (Jim Morrison, por supuesto).
Atravesando los nichos en donde descansan los más grandes escritores, músicos y filósofos, su dormitorio parecía sólo el escenario de una bella escena, la charla simulaba una inquietante música de fondo. Y ahí estábamos, escuchándonos acerca de nuestros sueños, miedos, del pasado y de un futuro incierto; un futuro sin pretensiones y sin soberbias, sin desprecio. Un futuro sin el otro.
Fotografías (no autorizadas por el susodicho) tomadas en el Cementerio Pérre Lachaise París, Francia. Nov. 2011
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